El debút [en narrativa] de Mendoza bebe de «ese territorio tan literario como es la infancia» para hilar nueve cuentos de tonalidades variadas, que juegan con el contraste y los cambios de estilo para enganchar al lector. Hay textos humorísticos, dramáticos, formales y descarnados. El escritor defiende en ellos su concepto de la literatura como «un lenguaje que busca que lo entiendan» y que, por lo tanto, prescinde de artificios innecesarios y apuesta «por la síntesis, por la sencillez y por la claridad», sin renunciar a la escritura como un valor fundamental, «no accesorio», del proceso creativo.
Extraído de Diario de Cádiz
Aquí una jugosa entrevista sobre su trabajo como poeta.
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